Crisis constitucional rusa de 1993

Crisis constitucional rusa de 1993
(Octubre Negro de 1993)
Parte de Conflictos postsoviéticos

Estado en que quedó la Casa Blanca de Moscú tras ser atacada por el Ejército, octubre de 1993.
Fecha 21 de septiembre al 4 de octubre de 1993
Lugar Moscú, Rusia
Resultado Victoria de Yeltsin y de su gobierno
Consecuencias
Beligerantes
Bandera de Rusia Fuerzas presidenciales:
Bandera de Rusia Manifestantes y organizaciones pro-Yeltsin
Bandera de Rusia Federalistas
Bandera de Rusia Anticomunistas
Bandera de Rusia Fuerzas parlamentarias:

Sóviet Supremo de Rusia
Congreso de los Diputados del Pueblo de Rusia
Vicepresidente de Rusia


Opositores a Yeltsin:

Frente de Salvación Nacional
Unidad Nacional Rusa
Nacionalistas
Comunistas
Monarquistas
Comandantes

Bandera de Rusia Borís Yeltsin

Bandera de Rusia Aleksandr Rutskói

La crisis constitucional rusa de 1993 ―también llamado Octubre Negro de 1993― hace referencia a los hechos acaecidos en Rusia entre el 21 de septiembre y el 5 de octubre de ese año.

La crisis comenzó el 21 de septiembre de 1993, cuando el presidente Borís Yeltsin decretó la disolución del Congreso de los Diputados del Pueblo de Rusia y el Sóviet Supremo de Rusia, organismos que eran un obstáculo para su consolidación en el poder y la realización de la reforma liberal. El decreto de Yeltsin era ilegal al ir en contra de la vigente Constitución de la RSFS de Rusia de 1978. Después de la crisis, el 15 de octubre, ordenó refrendar una nueva Constitución (Constitución de la Federación de Rusia).

El Congreso rechazó el decreto presidencial y aprobó la destitución del presidente Yeltsin mediante una apelación. El vicepresidente en vigor, Aleksandr Rutskói, fue nombrado presidente, tal y como mandaba la constitución. El 28 de septiembre las protestas públicas contra el gobierno de Yeltsin tomaron las calles en Moscú. En la represión de las mismas se produjeron varios muertos.

Bajo el control de Yeltsin, el ejército determinó el final de la crisis. Los diputados se encerraron en la Casa Blanca, edificio sede del Parlamento ruso, y se dispusieron a resistir el asedio de las fuerzas bajo control del depuesto presidente. Durante la semana siguiente, las protestas populares contra Yeltsin y en apoyo al Parlamento y al Sóviet Supremo fueron creciendo. Alcanzaron su punto álgido el 2 de octubre, cuando Rusia se encontraba a las puertas de una guerra civil. En ese punto, las cúpulas militares mostraron su apoyo al depuesto presidente y este ordenó el desalojo de la Casa Blanca a la fuerza. La orden de Yeltsin se materializó mediante el bombardeo, mediante carros de combate y artillería del edificio sede de la soberanía popular. La Casa Blanca fue destruida y muchos de sus ocupantes murieron en el ataque.[1][2]

Para el 5 de octubre, la resistencia a Yeltsin había sido destruida. El conflicto, que duró diez días, fue el más grave sucedido en Moscú desde la Revolución rusa de octubre de 1917. El propio gobierno estimó 187 muertos y 473 heridos. Otras fuentes dan una cifra de 2000 muertos.

Los gobiernos occidentales justificaron el uso de la fuerza contra el parlamento y los diputados legítimamente elegidos. El asalto contó con el aval de la administración de Bill Clinton, que entonces gobernaba Estados Unidos, y el apoyo de la prensa de los países denominados occidentales.[3]

  1. «"He sentido lo que es una guerra civil"». El País. 5 de octubre de 1993. 
  2. «Rendición incondicional del Parlamento ruso tras una sangrienta batalla». El País. 4 de octubre de 1993. 
  3. «Juste un peu de sang». Le Monde diplomatique (en francés) (151 - Radicalisations «Manière de voir»). Febrero-Marzo de 2017. «À l’automne 1993, les médias occidentaux célèbrent la mise au pas puis le bombardement du Parlement russe, dominé par des adversaires du néolibéralisme. (En el otoño de 1993, los medios occidentales celebraron la paralización y luego el bombardeo del Parlamento ruso, dominado por opositores al neoliberalismo.)». 

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